“El relato de persecución judicial le favorece”

Dentro de la cultura popular se dice con frecuencia que todo lo que ocurre en la vida real ha salido antes en Los Simpson. En el año 2000 un episodio de esta serie animada ya adelantaba la presidencia de Donald Trump. Más de veinte años después, su creador, Matt Groening, ha pasado el testigo a la inteligencia artificial. Con ella la semana pasada se realizaron decenas de imágenes que mostraba al expresidente estadounidense esposado por la policía de Nueva York. Las imágenes parecían tan reales que muchos de sus seguidores se apresuraron en compartirlas en redes sociales; y los medios de comunicación tuvieron que advertir de que eran falsas. Esa detención no se había producido. Por lo menos hasta ahora.
El pasado jueves Donald Trump hizo historia al convertirse en el primer expresidente de Estados Unidos en ser imputado por delitos criminales. Así lo confirmó el gran jurado de Nueva York, que votó a favor de abrir diligencias contra el exmandatario por la causa relacionada con el pago a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio. Este martes Trump tendrá que acudir a Nueva York y, como todo ciudadano, tendrá que realizará el famoso ‘paseíllo’ para entrar en el juzgado a declarar.
Las circunstancias especiales de este caso podrían permitirle no ser esposado. No obstante, con la mirada puesta en las elecciones de 2024, Trump sabe que esa fotografía que afiance su relato de un sistema que hace lo posible por impedir su regreso a La Casa Blanca le favorece. Las instantáneas del arresto junto a una muchedumbre que corea su nombre son un escenario ideal para una figura como la suya. Este martes, esas imágenes hechas con inteligencia artificial, hasta ahora falsas, podrían dejar de ser una mera fantasía.

“Fue el propio Trump el que avisó a los medios de comunicación de todo el mundo que lo iban a detener”, recuerda a 20minutos Ernesto Pascual, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Oberta de Catalunya. “En Estados Unidos, si no te resistes a la ley puedes ir esposado por delante, mientras que si te resistes, vas esposado por detrás. Estoy seguro de que el equipo de Trump ahora está pensando comunicativamente hablando que es mejor para él”, explica.
A los pocos minutos de hacerse pública la imputación, Trump emitió un comunicado en el que afirma ser víctima de una decisión que es “una caza de brujas” que “se va a volver masivamente” contra el presidente Joe Biden. “Es un ataque contra nuestro país de un calado nunca visto (….) Estados Unidos es ahora un país del Tercer Mundo, una nación en grave declive“.
Un caso que vuelve a agitar a la sociedad de EEUU
Poco tiempo después de conocerse la imputación, la jefatura de Policía de Nueva York (NYPD) ordenó a sus agentes prepararse para una “movilización” de los seguidores del magnate. Las fuerzas del orden ya habían extremado las medidas de seguridad días antes, cuando el propio Trump filtró que sería arrestado, algo que finalmente no pasó.
La seguridad se extremó entonces en los juzgados de Nueva York, donde se reunía el gran jurado, así como delante de la Torre Trump y en las oficinas de la fiscalía, que han recibido cientos de amenazas desde que Trump confirmó que se le iba a procesar.
“Todo esto aumentará la tensión“, reconoce a este medio Carlos Hernández Echevarría, periodista de Maldita.es y analista de El Orden Mundial. Como ocurrió durante el mandato de Trump, la polarización puede seguir produciendo un desgarro social sin precedentes en Estados Unidos. Según Echevarría, algunas encuestas ya apunta a que “el 60% de la población cree que estos cargos están motivados políticamente”.

Desde hace días el equipo de Trump, entre los que se incluyen miembros de su familia, aseguran que este es un juicio político que pretende acabar con sus posibilidades de cara a las elecciones del año que viene. Apelan así a los seguidores y cargos públicos que continúan defendiendo sin pruebas la tesis de que las elecciones del 2020 estuvieron amañadas.
Para Pascual, esta estrategia busca “vender el relato de persecución del sistema judicial”, algo que le favorecería. “Asistimos a una degradación de la cultura cívica y política norteamericana, en la que antes declararse demócrata o republicano no tenía mucha importancia porque la distancia entre ambos partidos era mínima. Eso ha pasado ya la historia. Y cada vez más”, agrega el profesor de la UOC.
Para evitar esta sensación de persecución judicial, la Fiscalía se ha apoyado en 23 ciudadanos de Manhattan que conforman el gran jurado. Este órgano recibió las pruebas de la propia Fiscalía y tomó una decisión. Aunque se esperaba que se anunciara después de la vacaciones de spring break, quisieron hacerlo en la víspera de ellas y fallar a favor de las evidencias presentadas para comenzar un juicio contra él.

Un tsunami de casos abiertos
El medio estadounidense The Wall Street Journal sostiene que el gran jurado examinó en sus últimas reuniones -que no son públicas, por lo que su contenido solo se conoce por filtraciones- un segundo caso de otra modelo de Playboy que también acusa a Trump de haberle pagado a cambio de callar sobre una relación sexual.
La modelo Karen McDougal, que fue “chica Playboy” del año en 1998, asegura que mantuvo una relación sexual con Trump durante diez meses en 2006, y llegó a un acuerdo para publicar su historia con The National Enquirer a cambio de 150.000 dólares (137.500 euros al cambio de hoy), pero el diario -cuyo propietario es amigo de Trump- compró su testimonio para ocultarlo.

“La causa puede crecer si aparecen otras personas como McDougal. Se intentaría entonces probar que hay un patrón de ocultación“, dice el analista de El Orden Mundial. Además, “la persona a través de la que él hacía estos pagos está condenado y completamente en su contra dispuesto a declarar”, añade.
Esa persona es su exabogado, Michael Cohen, que también emitió un comunicado en el que recordó fundamentalmente dos pilares del derecho: que todo imputado tiene derecho a la presunción de inocencia pero que al mismo tiempo dijo que le “consolaba” el hecho de que “nadie está por encima de la ley, ni siquiera un antiguo presidente”.
Aunque esta causa ha sido la primera en enviarle al banquillo, lo cierto es que el expresidente cuenta con muchas otras que continúan en curso y que en cualquier momento podrían arruinarle su sueño de volver a La Casa Blanca. Desde una investigación de injerencia electoral en Georgia, pasando por cuestiones empresariales en Nueva York, hasta asuntos judicializados del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. La carrera electoral pende de un hilo y la baza de la persecución es la única que puede llevarle hasta Washington.
Unas primarias y presidenciales a la vista
“Trump ha empezado ya la campaña para las primarias y para las elecciones estadounidenses”, dice Ernesto Pascual, que explica como en Estados Unidos hay dos maneras de medir la popularidad de un político: las encuestas, que ya dicen que está sobrepasando a los otros candidatos republicanos, y el que dinero te dan para la campaña. “Ha conseguido dos millones de dólares para su defensa en estos días y eso quiere decir que obviamente está aumentando su popularidad”.

Los expertos señalan que este caso podría darle prestigio frente a sus votantes, aunque no quiere decir que después prefieran votar a otro candidato que genere menos problemas. Esto podría ocurrir con Ron DeSantis, el actual Gobernador de Florida, cuyas ideas políticas son muy parecidas a las de Trump pero que tiene un historial mucho menos polémico.
Ha conseguido dos millones de dólares para su defensa en estos días y eso quiere decir que obviamente está aumentando su popularidad
“No creo que De Santis salga a decir que Trump es un criminal y que no hay que apoyarle, porque la sensibilidad del partido no está ahí. Probablemente se tiene que alinear con un pensamiento que existe dentro del Partido Republicano: gente que quiere a Trump, que le parece que fue un buen presidente y que lo sería otra vez, pero que no quiere el drama de pasar por todo esto“, asegura Echevarría.
“Estratégicamente al Partido Demócrata no le interesa dar más alas al discurso de Trump, pero esto no se puede queda sin juzgar”, apunta Pascual, que reconoce que “esta situación beneficia al ‘reality show populismo’ que hace Trump”. Quedan aproximadamente 9 meses para que empiecen las primarias y año y medio para las elecciones presidenciales. Esto significa que este mediático juicio, junto con todo el ruido de testigos, abogados y estrategias comunicativas, podría comenzar en medio del fragor electoral de 2024. Las elecciones estadounidense ya han dado comienzo, y lo han hecho en un juzgado de Nueva York.